El sarcasmo y el ingenio de Javier Krahe recalan por primera vez en Tarragona

Tarragona. Costa Dorada. Javier Krahe cantará por primera vez en la ciudad en noviembre. La cita será el jueves día 5 en la sala La Vaqueria. Después, repetirá actuación en Barcelona y Mataró. Casi treinta años después de empezar su carrera, continúa con el mismo espíritu, y su fina pero gran figura sigue haciendo apariciones en viejos y nuevos locales. El cantautor madrileño desvelará en su actuación sus delirantes historias de amor de ida y vuelta a través de irónicas canciones.   Siempre en contacto estrecho con el público, pero sin doblegarse ante las exigencias de marketing de la industria musical. Siempre libre. Tanto, que se deja llevar por su estado de ánimo y el ambiente a la hora de escoger los temas de cada concierto. Y, como todo Quijote, está acompañado –y así será también en Tarragona- por fieles escuderos, que son sus músicos de siempre: Javier López de Guereña, a la guitarra; Fernando Anguita, al contrabajo; y Andreas Prittwitz, con el clarinete, saxo y flauta.   Experiencia con los grandes Admirado y querido por referentes de la música española como Sabina, Serrat, Rosendo, Javier Ruibal, Pablo Carbonell o Alejandro Sanz, que grabaron un disco homenaje con sus canciones (…Y todo es vanidad, 2004), en cada actuación, Javier Krahe deja evidencia de su inteligencia i su sarcasmo en forma de canción. Sin pelos en la lengua, pero con elegancia. Así se presentará Krahe ante el público de Tarragona, que podrá escuchar por primera vez sus delirantes historias de “amores de ida i amores de vuelta”.   Rimas ingeniosas, sarcásticas e irónicas llenan las obras de Krahe, un cantante nacido en el barrio de Salamanca y que pasó por la misma escuela que muchos políticos y empresarios madrileños. Pero él no escogió el mismo camino. Por suerte para sus admiradores, se decantó por escribir canciones inspirado, sobre todo, por George Brassens y Leonard Cohen. Las actuaciones en directo han sido eje vertebrador de su carrera desde los inicios, ya fuese en solitario o bien junto a Joaquín Sabina y Alberto Pérez, con los que formó un irreverente trío que, en 1981, grabó el disco La Mandrágora.  

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