Pesebre Viviente de la Masia de Castelló recibió 4.000 visitantes

L'Hospitalet de l'Infant. Costa Dorada. Los organizadores del Pesebre Viviente de la Masia de Castelló han hecho un balance muy positivo de la decimotercera edición de esta escenificación tradicional, que ha vuelto a dar vida a este pueblo del municipio de Vandellòs y L'Hospitalet de l'Infant que quedó deshabitado en los años 50. Según explicaron fuentes de la Asociación Masia de Castelló (la entidad que lo organiza, con el patrocinio del Ayuntamiento y la colaboración de diversas entidades) recibió unos 4.000 visitantes y a diferencia de la anterior edición, las condiciones meteorológicas hicieron posible que abriera sus puertas todos los días previstos, es decir, el 26 de diciembre y el 2 y 6 de enero. En esta edición, además, se ha ampliado la variedad de procedencias de los visitantes, han apuntado los organizadores, señalando que además de pasar ciudadanos de la comarca del Baix Camp y la Ribera d'Ebre, como ya es habitual , ha habido gente del Baix Ebre, Tarragonès, Barcelonès, Montsià, etc. Todos los visitantes pudieron ver una cuarentena de escenas ambientadas a mediados del siglo XX, una extensa muestra de oficios antiguos (carpintero, colchonero, baster, sillero, cestero, picapedrero, panadero, rompedor de avellanas, botero, destilador de aguardiente, etc.) y un buen puñado de animales (aves, patos, pavos, ocas, conejos, etc.). Este año, como novedad, todos estos animales se podrán seguir viendo durante todo el año. Este 2011 la Asociación Masia de Castelló tiene previsto levantar, además, otra casa del pueblo: Cal Cisco el Ros. En este sentido, cabe recordar que la principal novedad del XIII Pesebre Viviente ha sido el espacio de 'Cal Pep', la última casa que esta entidad ha reconstruido en la Masía de Castellón. Esta casa ha acogido la escena de los peladores de avellanas y de maíz y la del batir. Por otra parte, como ya es habitual, el Pesebre Viviente ha contado con la participación de unos 300 colaboradores, de los que actuaron unos 210. La mayoría de estas personas son vecinos del municipio, que recrean los oficios antiguos.  

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