Los niños y niñas de Mont-roig y Miami hacen su propia Mona de Pascua
Más de 350 niños y niñas de Mont-roig y Miami hicieron el sábado su propia Mona de Pascua. Y es que un año más, el séptimo consecutivo, la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Mont-roig del Camp ha organizado un taller para que todos los niños puedan elaborar su propia Mona, típica en esta época del año. El taller se celebró por la mañana en Mont-roig, con la participación de un centenar de niños, un 30 por ciento más que el año pasado, aunque la lluvia obligó a realizar la actividad en el polideportivo municipal. Por la tarde, el escenario del taller se desplazó hasta el paseo marítimo de la playa Cristal, que durante dos horas, lo que duró la tregua que dio el tiempo antes de volver la lluvia, se convirtió en un improvisado mostrador de pastelero. En Miami acudieron unas 700 personas, entre niños, padres y abuelos, y se desbordaron todas las previsiones. Más de 250 niños y niñas pudieron hacer su propia Mona de Pascua, un centenar más que el año anterior. Y aún hubo muchos niños que tuvieron que conformarse con participar en el resto de actividades paralelas organizadas durante la jornada, como pintar dibujos, hacer pulseras y collares con pasta, juegos diversos e incluso un taller de maquillaje. Además de los vecinos de Miami, también acudieron numerosas familias de segunda residencia, sobre todo de Zaragoza y Barcelona. Pasteleros por un día El taller de Mona consistía en hacer de pastelero por un día, proponiendo diversas actividades. Después de ponerse el delantal, cada uno de los participantes realizaba un sombrero de cocinero que ellos mismos debían decorar y, antes de pasar a hacer la Mona, pintaban un huevo de Pascua con pinturas de colores. Acto seguido, se daba a cada participante todos los ingredientes necesarios para hacer este típico postre catalán. Así, a partir de un bizcocho, plumas de colores, un huevo de chocolate y un pollito, los niños pudieron adornar su propia Mona con chocolate, mermelada de fresa y / o de melocotón. Acto seguido, la decoraban con chocolatinas de colores y golosinas. Por último, envolvían la Mona de Pascua en papel de celofán de colores para llevársela. Muchos no pudieron esperar a llegar a casa y ya dieron el primer bocado y dieron a probar su Mona de Pascua apenas recién hecha.
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